Cuando eramos pequeños estudiábamos por obligación, ya que nuestras madres nos decían que iba a ser para tener una buena formación. Poco a poco hemos ido creciendo y aprendiendo cosas nuevas, pero de repente llega el día en el cuál cambias de etapa, te das cuenta de todo el camino recorrido y piensas: ¿Qué debo hacer ahora? ¿Debo seguir estudiando? Esta es una pregunta muy frecuente entre los jóvenes al terminar la E.S.O, y la verdad es que hay varias respuestas. Hay gente que decide ponerse a trabajar, porque o no le gusta estudiar o piensa que no lo puede conseguir; pero yo pienso que el mejor camino es seguir estudiando, aprender cosas nuevas y recordar las que habíamos olvidado. En esta vida nunca hay que rendirse, hay que mirar hacia delante y saber que estudiando se consiguen muchas cosas. La gente que tiene estudios siempre va a tener más accesibilidad a un trabajo mejor, ya que tendrá más preparación en comparación a la que no haya estudiado. Por estas razones yo sigo estudiando, para poder llegar a ser alguien con una buena formación el día de mañana, para poder estar orgullosa de mí misma y decir que soy una persona de provecho. Desde mi punto de vista el estudiar se puede considerar tanto una actitud especulativa, como una actitud pragmática. En este caso se puede decir que es una actitud especulativa ya que si te interesa lo que estudias y te lo estudias porque quieres aprender es saber por saber. Pero, sin embargo también puede ser una actitud pragmática porque estudias para beneficiarte el día de mañana, es decir, tú llevas toda la vida estudiando porque te va a servir para poder tener un buen trabajo cuando hallas acabado.
En conclusión, los jóvenes de hoy en día que siguen estudiando es porque quieren tener un buen trabajo, con unas buenas condiciones y el estudio puede ser tanto pragmático como especulativo.
